El presidente Mike Johnson tiene como objetivo llevar su plan de gasto a corto plazo a la Cámara de Representantes para su votación el miércoles, a pesar de las crecientes señales de que la medida carece del apoyo republicano necesario para ser aprobada.
El líder republicano retiró previamente la financiación provisional junto con la Ley SAVE (una legislación republicana que requiere prueba de ciudadanía para votar en las elecciones federales) después de que quedó claro que la oposición republicana podría arruinar el voto. Los demócratas se oponen en gran medida al plan, que financiaría al gobierno hasta el 28 de marzo.
Johnson anunció la votación prevista en un comunicado el martes, diciendo: “El Congreso tiene la obligación inmediata de hacer dos cosas: financiar responsablemente al gobierno federal y garantizar la seguridad de nuestras elecciones”.
La semana pasada, el orador dijo que él y su equipo de liderazgo continuarían trabajando con los republicanos que se opusieron al plan durante el fin de semana y “generarían consenso”. Al menos 10 miembros republicanos declararon públicamente su oposición, y aún más dijeron que estaban indecisos. La oposición proviene de diferentes rincones de la conferencia, incluidos los conservadores que se oponen a los proyectos de ley de gasto a corto plazo en general y los halcones de la defensa que tienen preocupaciones sobre el cronograma de seis meses de la resolución continua, o CR.
La decisión de Johnson de seguir adelante con su plan también se produce después de que se reunió con el expresidente Donald Trump durante el fin de semana. Trump, en su plataforma de redes sociales Truth Social, dijo anteriormente: “Si los republicanos en la Cámara y el Senado no obtienen garantías absolutas sobre la seguridad electoral, DE NINGUNA MANERA DEBEN SEGUIR ADELANTE CON UNA CONTINUACIÓN
Johnson ya ha escuchado preocupaciones de republicanos vulnerables de que un cierre del gobierno amenazaría sus perspectivas de reelección. Las implicaciones más amplias para el liderazgo: una pérdida de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes si los republicanos en el campo de batalla no salen adelante en noviembre, lo que podría tener consecuencias importantes para la propia supervivencia de Johnson como líder del partido.
Johnson ha descartado la idea de un cierre y los centristas también han declarado públicamente que no sucederá. Los conservadores, sin embargo, han dicho que Johnson ha dejado claro que este es su único plan y que tiene la intención de luchar por él.
Los miembros del Partido Republicano están planteando varias opciones de respaldo en caso de que fracase la votación del miércoles. Pero es probable que esos planes también carezcan de votos para ser aprobados. En cambio, un sector cada vez mayor de la conferencia republicana está reconociendo que probablemente terminarán con un proyecto de ley de financiación relativamente limpio hasta diciembre.
Jordain Carney contribuyó a este informe.