Un hombre que escaló una valla de seguridad de hierro en medio de la noche, eludió a la policía y usó botellas de cerveza llenas de gasolina para incendiar la mansión ocupada del gobernador de Pensilvania se declaró culpable el martes de intento de asesinato y otros.
Cody Balmer, de 38 años, también se declaró culpable de terrorismo, 22 cargos de incendio provocado, incendio provocado agravado, robo y asalto agravado al gobernador. Josh Shapiro, 21 cargos de peligro imprudente y merodeo en el ataque del 13 de abril que causó daños por millones de dólares al edificio de ladrillo de propiedad estatal.
Según un acuerdo de culpabilidad, Balmer fue sentenciado a entre 25 y 50 años de prisión.
Shapiro y miembros de su familia tuvieron que ser despertados y evacuados, pero nadie resultó herido. Los Múltiples cargos de peligro reflejaron la cantidad de personas que se encontraban en la residencia en ese momento, incluida la familia del gobernador, invitados y policías estatales.
El incendio se produjo horas después de que celebraran la festividad judía de Pesaj con un Seder en la residencia. Los fiscales reprodujeron videoclips que mostraron cócteles molotov explotando y una figura dentro y fuera de la residencia. La jueza Deborah Curcillo calificó el vídeo de “horrible” y “muy aterrador”.
Balmer le dijo a la policía que planeaba golpear a Shapiro con un pequeño mazo si se lo encontraba después de irrumpir en el edificio, según documentos judiciales. Balmer se entregó la tarde siguiente para enfrentar cargos de intento de homicidio, terrorismo, incendio intencional agravado y agresión agravada.
La policía dice que Balmer irrumpió por el ala sur de la residencia, en una habitación que a menudo se utiliza para entretener a multitudes y exhibir arte. Los investigadores recuperaron dos botellas de cerveza rotas que contenían gasolina. El fuego carbonizó paredes, mesas, platos para servir buffet, platos y un piano. También resultaron dañados los cristales de las ventanas y los ladrillos alrededor de puertas y ventanas.
La fe judía de Shapiro y el ataque durante el fin de semana de Pesaj plantearon dudas sobre la motivación de Balmer, pero Balmer dijo a The Associated Press en una carta de mayo desde la cárcel que no había sido un factor en su decisión.
“Por lo que a mí me importa, puede ser judío, musulmán o un devorador de personas moradas, siempre y cuando me deje en paz a mí y a los míos”, escribió Balmer.
Dijo en una breve entrevista en video del 9 de junio desde la prisión estatal de Camp Hill que sí pensó de antemano si los niños podrían resultar heridos.
“¿Alguien alguna vez consideró a los niños?” Estoy seguro de que lo hice. Me alegro de que nadie haya resultado herido”.
La madre de Balmer dijo días después de su arresto que había intentado conseguirle ayuda para sus problemas de salud mental, pero que “nadie quiso ayudar”.
En una audiencia judicial unos días después del incendio, Balmer le dijo a un juez que era un soldado desempleado, sin ingresos ni ahorros y con “muchos hijos”.
La residencia, construida en 1968, no contaba con rociadores. Continúan los trabajos para reparar el daño y reforzar sus características de seguridad.
