La decisión del último minuto de celebrar la toma de posesión del presidente electo Donald Trump en un lugar cerrado podría dejar a algunos miembros del Congreso en la intemperie.
Quizás no literalmente: no se espera que nadie se sienta afuera en medio de una bravuconería de 25 grados. Pero la posibilidad de que no todos los legisladores obtengan escaños en la Rotonda para la ceremonia de juramento ha provocado escalofríos en la ocasión en algunas oficinas del Congreso, según cuatro legisladores y asistentes.
“En pocas palabras, no hay suficiente espacio”, dijo un alto asesor republicano. “Es un espectáculo de mierda”.
La orientación inicial del Comité Conjunto del Congreso sobre Ceremonias Inaugurales después de que el equipo de Trump decidiera trasladar las cosas al interior el viernes fue que “aquellos con entradas para la Plataforma Presidencial y los miembros del Congreso podrán asistir en persona”.
Pero desde entonces han circulado rumores de que al menos algunos legisladores podrían ser enviados a otra parte del Capitolio. Un miembro del Partido Republicano dijo que “nadie conoce” la situación, mientras que otro dijo que teme que no haya suficientes sillas para acomodar a todos los miembros. Al menos 20 demócratas planeaban faltar a la ceremonia incluso antes del cambio de sede.
Un portavoz de un miembro del comité inaugural negó un rumor de que habría asientos para sólo 99 miembros, pero declinó hacer más comentarios sobre los arreglos para el lunes.
Mañana será la primera vez desde 1985 que la toma de posesión se celebrará en un recinto cerrado. Ha provocado una lucha de última hora para apiñar a cientos de dignatarios (no sólo miembros del Congreso, sino también ex presidentes y primeras damas, jueces de la Corte Suprema, además de medios de comunicación y otros) en los aproximadamente 7,200 pies cuadrados de la
Las fotos de la toma de posesión de 1985 muestran una multitud de pies, aunque no está claro cuántos eran legisladores. Un republicano, al que se le concedió el anonimato como otros para describir la delicada planificación inaugural, dijo que a los miembros se les dijo que estarían en la Rotonda, mientras que sus cónyuges probablemente estarían en el Statuary Hall o el Centro de Visitantes del Capitolio. Otro miembro dijo que, hasta el domingo, creían que todavía les quedaban dos entradas.
La confusión que están experimentando los legisladores es una pálida sombra de lo que el público en general ha visto en las últimas 48 horas. Se esperaba que decenas de millas de espectadores se reunieran en el National Mall para la toma de juramento, y las oficinas del Congreso distribuiron boletos codificados por colores que se volvieron puramente conmemorativos en el momento en que Trump anunció que trasladaría las cosas al interior.
“Tanto esfuerzo de tanta gente sólo para decir: ‘Oye, es un juego gratuito para todos por orden de llegada'”, dijo el asesor republicano de alto rango.
Katherine Tully-McManus contribuyó con este informe.