La promesa del presidente Donald Trump de cambiar el nombre de la montaña más alta de América del Norte dejó a la delegación del Congreso compuesta exclusivamente por republicanos en diversos estados de consternación después de que reiteró sus planes de cambiar Denali nuevamente a Monte McKinley en su discurso.
El presidente Barack Obama consagró el antiguo nombre athabaskan de la montaña poderosa en 2015, deshaciendo la designación de 1917 hecha en honor del vigésimo quinto presidente, William McKinley. Ahora Trump amenaza con revertir el rumbo, firmando una orden ejecutiva que restablece el nombre anterior tan pronto como el lunes.
“Estoy totalmente en contra de eso”, dijo el senador de Alaska. dijo Lisa Murkowski a los periodistas. “Se llama Denali, que significa el grande. Así que simplemente le sugeriría al presidente Trump, que quiere que todo sea grandioso, que ya tenga un gran nombre para ello”.
Murkowski dijo que habló con Trump el domingo sobre sus planes de cambiar el nombre de la montaña y que planea otra conversación sobre el asunto con Trump.
En su discurso del lunes, Trump señaló que estaba decidido y dijo que “restauraría el nombre de un gran presidente… donde debería estar y donde pertenece”. El presidente McKinley hizo muy rico a nuestro país mediante aranceles y talento”.
Los colegas de Murkowski en Alaska, aunque no estaban entusiasmados con la medida, no se mostraron tan inflexibles el lunes. Sen. Dan Sullivan (R-Alaska), quien se pronunció en contra del cambio de nombre el mes pasado, dijo que no había visto la orden ejecutiva para cambiar el nombre de la montaña.
“Ya veremos”, dijo. “Nunca se sabe, pero podría haber algunas cosas importantes ahí para la energía de Estados Unidos”.
El único miembro de la Cámara de Representantes de Alaska, el republicano de primer año pro-Trump, Nick Begich, trató de afrontar las consecuencias del lunes con aún más deferencia hacia el nuevo presidente.
“Lo que la gente de los 48 estados más bajos llama Denali no es de mi incumbencia”, dijo Begich al salir de la ceremonia inaugural de Trump el lunes por la tarde.
“Estoy centrado en la creación de empleo y de oportunidades en Alaska”, dijo, y añadió: “Y lo que llamamos una montaña en Alaska me preocupa poco”.
Úrsula Perano contribuyó a este informe.