Es Una Nueva Carrera.

Una Nueva Carrera Electoral: El Enfrentamiento Entre Trump y Harris

CHICAGO – Donald Trump ha prescindido del misterio o los matices sobre el caso que presentará durante los próximos 74 días contra Kamala Harris en esta nueva carrera política que promete ser una de las más intensas y disputadas de los últimos tiempos.

El expresidente dice que el actual vicepresidente es de izquierda (“camarada Kamala”, “mucho más liberal que el loco Bernie Sanders”). Ella es una persona liviana (“estúpida”, “tonta”). Es una farsante, definida sólo por su ambición, desconectada del común de los americanos (“Entonces no sé, ¿es india o negra?” “¿Qué pasó con su risa?…Esa es la risa de un loco”).

En apenas 40 minutos el jueves por la noche, Harris aceptó la nominación demócrata con un discurso fluido, contundente y muy argumentado que tenía como objetivo desmantelar la caricatura que Trump hizo de ella.

Es difícil imaginar a alguien que haya comenzado a ver el discurso con una mente indecisa pero genuinamente abierta; ¿seguramente quedan algunas personas así en esta época agitada?

Harris se convirtió en la candidata demócrata sólo debido a una actuación pública espectacularmente débil del presidente Joe Biden hace menos de dos meses en su debate con Trump. Obviamente, el formato de un discurso de aceptación es bastante diferente. Aun así, la actuación de Harris fue en todos los sentidos la contraria.

Harris validó, y casi con seguridad fortaleció, la percepción generalizada dejada por recientes encuestas nacionales y de estados indecisos de que ésta es una carrera transformada. A raíz de la convención demócrata, Trump enfrenta el imperativo urgente de evitar que Harris realice una actuación igualmente efectiva en el debate planeado para el 1 de septiembre. 10.

Al narrar su biografía, Harris dijo que sus valores están moldeados por los inicios de su carrera como fiscal. Este trasfondo también se reflejó en su tono retórico: bien organizado, franco y en gran medida desprovisto de vuelos líricos.

Sin embargo, en esencia, parecía evidente que Harris no se limitaba a procesar su caso. El discurso tuvo una dimensión defensiva amplia y estratégicamente importante.

En lugar de revelar una agenda marcadamente izquierdista, Harris presentó principalmente una combinación de prioridades que unifican a la mayoría de los demócratas: proteger el derecho al aborto, el derecho al voto, la Seguridad Social y Medicare. Incluso dentro de este terreno familiar, a menudo tocaba notas que enfatizaban lo tradicional y lo duro. Se jactó de que, como fiscal y procuradora general, se enfrentó a los cárteles de la droga y a los bancos explotadores. Dijo que quiere un recorte de impuestos para la clase media, al tiempo que afirmó que los cambios impositivos de Trump brindarían alivio a los ricos a expensas de otros.

En cuanto a la seguridad nacional, Harris pareció esforzarse por disipar cualquier duda de que la primera mujer presidenta del país fuera lo suficientemente dura. “Como vicepresidenta, he enfrentado amenazas a nuestra seguridad, negociado con líderes extranjeros, fortalecido nuestras alianzas y colaborado con nuestras valientes tropas en el extranjero”, dijo. “Como comandante en jefe, me aseguraré de que Estados Unidos siempre tenga la fuerza de combate más fuerte y letal del mundo”.

Sabiendo que Trump pretende hacer suya la crisis migratoria, intentó darle la vuelta a la situación. Ella lo culpó por anular un proyecto de ley bipartidista de seguridad fronteriza porque quería una cuestión política en lugar de una solución política, y prometió que reviviría la medida y la aprobaría.

Sabiendo que la guerra entre Israel y Hamas amenaza con dividir a su partido, Harris intentó -según la perspectiva de cada uno- encontrar un término medio o difuminar el problema con un lenguaje que ofreciera algo con lo que ambas partes pudieran conectarse. Fue igualmente apasionada al decir “siempre defenderé el derecho de Israel a defenderse” y al afirmar que ella es parte del esfuerzo de la administración Biden para lograr que “el sufrimiento en Gaza termine y el pueblo palestino pueda hacer realidad su derecho a

Sin embargo, la parte más importante de la agenda defensiva de Harris no se refería a la política sino a ella misma personalmente. Una mujer con una biografía que algunos votantes pueden encontrar exótica (una hija de un matrimonio mestizo, proveniente de una ciudad liberal en un estado liberal) contó su historia de manera que fuera accesible, familiar y tranquilizadora.

Hubo elogios a una madre que “nunca perdió la calma” y enseñó a sus hijas a “nunca quejarse de la injusticia, sino hacer algo al respecto”.

Parecía haber una lógica clara en que Harris practicara la política de tranquilidad. Ella y su equipo evidentemente creen que anticiparse a los ataques a su historial o a su carácter es el prerrequisito necesario para nivelar sus propios ataques al carácter y al historial de Trump.

Llamó a Trump “un hombre poco serio”, pero advirtió que los efectos de un segundo mandato serían “extremadamente graves”. 6, su reciente condena por 34 cargos por delitos graves en Nueva York, la demanda civil que perdió antes en un caso de acoso sexual, su escepticismo sobre la alianza de la OTAN y la defensa de Ucrania de los ataques rusos, su supuesta simpatía por Vladimir Putin y Kim Jong Un.

Al principio de su discurso, Harris señaló que, como abogada del gobierno, “durante toda mi carrera, solo he tenido un cliente: el pueblo”. No para mejorar su vida, no para fortalecer nuestra seguridad nacional, sino para servir al único cliente que ha tenido: él mismo”.

Un político que pueda combinar eficazmente políticas ofensivas y defensivas en un solo discurso es una amenaza formidable. Este regalo fue la esencia del éxito de Bill Clinton y Barack Obama. Fue algo que se le escapó a Hillary Rodham Clinton en momentos clave de 2016. Y fue algo que los demócratas concluyeron que era imposible imaginar que hiciera un Biden anciano en 2024, a pesar de su éxito en 2020.

Después del discurso de Harris, no hay duda de que Trump y su campaña se dan cuenta de que ella ha cambiado la trayectoria de la campaña, ni de que están ocupados pensando en formas en que pueden intentar cambiarla nuevamente.

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