El Senado comenzará a marcar los proyectos de ley de gasto anual la próxima semana, comenzando con tres medidas para el año fiscal 2025 y los totales de financiación general para una docena de proyectos de ley de asignaciones.
Sin pasar por los márgenes de beneficio del subcomité, el Comité de Asignaciones del Senado en pleno abordará sus proyectos de ley de gastos del Poder Legislativo, Construcción Militar-VA y Agricultura-FDA el 11 de julio, además de una docena de asignaciones de subcomités conocidas como 302(b).
Contexto clave: Al igual que el año pasado, los demócratas y republicanos del Senado no han llegado a un acuerdo sobre los niveles generales de financiación para 12 proyectos de ley de asignaciones, y las cifras probablemente serán aprobadas por el comité según las líneas partidistas. Sin embargo, se espera que los proyectos de ley de gasto que se derivan de esos totales sean aprobados por el comité con apoyo bipartidista.
El comité aprobó una docena de proyectos de ley de asignaciones el verano pasado por primera vez en cinco años bajo el liderazgo de la presidenta de Asignaciones del Senado, Patty Murray (demócrata por Washington), y el miembro de mayor rango, el senador. Susan Collins (republicana por Maine).
En la Cámara: Seis proyectos de ley, incluidos los de Comercio-Justicia-Ciencia, Interior-Medio Ambiente, Energía-Agua, Trabajo-HHS-Educación, Transporte-HUD y Agricultura-FDA, se dirigen a la aprobación completa del comité la próxima semana, mientras que los líderes del Partido Republicano
Hasta ahora, los republicanos de la Cámara de Representantes han aprobado en el pleno sus proyectos de ley de Construcción Militar-VA, Defensa, Operaciones Estatales-Exteriores y Seguridad Nacional, siguiendo un ambicioso plan para aprobar los 12 antes del receso de agosto.
Dado que el efectivo federal se agotará el 1 de octubre. 1 y se acercan las elecciones presidenciales, es casi seguro que el Congreso tendrá que aprobar la llamada resolución continua para evitar un cierre a finales de este otoño. Eso reduciría los niveles de financiación actuales y ganaría más tiempo para conversaciones bipartidistas y bicamerales sobre financiación gubernamental después del día de las elecciones.